Breve historia de la venta y los vendedores
¿Cuál es la antigua profesión que se ha sustituido hoy por la profesión de agente comercial? ¿Cómo nace la profesión que actualmente conocemos como vendedores?
Para poder describir una de las profesiones más actuales en nuestro mundo, debemos remontarnos muy atrás en la historia para encontrar sus raíces y ver cómo ha evolucionado hasta lo que conocemos hoy.
La historia de la venta y de los vendedores
Podría decirse que el origen de las ventas lo encontramos en la Prehistoria, cuando el hombre primitivo (que aún desconocía el fuego y la cerámica) comenzó a practicar el trueque como forma comercial sencilla, intercambiando lo que ellos tenían en exceso por lo que les hacía falta con otros humanos.
Este sistema del trueque fue evolucionando junto con las sociedades, existiendo intercambios entre miembros de diferentes civilizaciones e incluso entre civilizaciones entre sí.
La evolución del comercio antes de Cristo
En los siglos antes de Cristo ya podemos comenzar a ver los primeros intercambios comerciales de productos por “dinero”. El trueque se fue haciendo cada vez más complejo por lo que a medida que se evolucionaba, se procuraba obtener bienes, a través del intercambio, que tuviesen un valor más estable, y de alto valor en relación con su volumen.
En el año 12.000 a.C., encontramos que la obsidiana de Anatolia ya se empleaba como una forma de dinero.
En el año 9.000 a.C., el grano es la “moneda” más frecuente para el intercambio entre civilizaciones.
A medida que continuaba la expansión y evolución de la humanidad, los bienes que eran más reutilizados eran los que se escogían para los intercambios.
A partir del año 2.500 a.C. en Mesopotamia (y en Egipto) comienzan a cobrar fuerza los metales preciosos como “moneda”.
Es esta civilización la que desarrolló su economía de gran escala tal y como la utilizamos hoy, basada en dinero-mercancía, avance que podemos encontrar en los diferentes códigos legales mesopotámicos como el Código de Ur-Nammu, el Código de Eshunna, o el Código de Hammurabi.
Es precisamente en el Código de Hammurabi en donde se formaliza el uso del “dinero” en la sociedad, fijando pesos en plata para pagar, por ejemplo, los intereses de una deuda o multas por infringir leyes locales.
Las primeras monedas
Las primeras monedas de la historia circularon en China en el año 1100 a.C., que eran en realidad cuchillos, hachas y otras herramientas hechas en miniatura y en bronce, que empleaban para hacer intercambios.
Las primeras monedas acuñadas surgieron en Lidia (Turquía) entre los años 680 a.C. y 560 a.C., bajo el reinado (probablemente) de Ardis de Lidia.
Le siguió Persia, cuando Darío dio la orden de la acuñación una vez que conquistó Lidia.
A partir de ese momento, la acuñación de monedas se expandió rápidamente por todas las civilizaciones desarrolladas, creadas para certificar la autenticidad de su valor metálico.
Historia de los vendedores
A medida que las sociedades se hicieron más complejas, la división del trabajo se hizo más necesaria dado que una persona o comunidad no podía abarcar todo lo necesario para la supervivencia y el bienestar. Además, el crecimiento de una sociedad fue llevando aparejados diferentes tipos de organizaciones internas, contando con autoridades que procuraban ordenar de algún modo a todo el conjunto de habitantes.
Esto provocó que el trueque se volviese prácticamente imposible, y que algunos miembros del sistema organizacional comenzasen a procurar “vender” sus productos a sus pares primero, y a otras civilizaciones posteriormente, dando origen así a los vendedores.
Vendedores que, en muchos casos, oficiaban de intermediarios entre una población y otra, cobrando una comisión por la realización de transacciones.
Las expansiones y conquistas frecuentes hicieron que el comercio se fuese perfeccionando cada vez más, y que los comerciantes buscasen objetos cada vez más especiales y caros que ofrecían otras civilizaciones, con el fin de aumentar sus ganancias, su poder y su reputación.
La Ruta de la Seda quizás sea el caso más conocido por todos, en donde comerciantes de toda Europa hacían viajes que duraban años sólo con el objetivo de traer objetos inusuales con un valor superlativo en sus territorios.
También conocemos muy bien el ejemplo de los vendedores ambulantes durante la Antigüedad y la Edad Media, personas que se trasladaban de un sitio a otro con sus productos para ofrecérselos a las poblaciones.
El caso que más conocemos por la literatura, películas o incluso videojuegos, es el del «vendedor de ungüentos«, tanto aquellos que servían para “higiene” como para “salud”, aunque los vendedores se caracterizaban por ofrecer todo tipo de objetos.
La Revolución Industrial y la aparición de los vendedores modernos
Con la Revolución Industrial se inicia la profesión que podríamos llamar “vendedor moderno”. Los primeros también fueron vendedores ambulantes, aunque muchos de ellos se fueron estableciendo paulatinamente en las ciudades, y en donde ofertaban toda la enorme variedad de productos nuevos que surgieron gracias a los avances de la época.
De ahí en adelante, y especialmente en las décadas de 1980 y 1990, los vendedores se fueron profesionalizando cada vez más, procurando conocer muy bien a sus clientes para poder ofrecerles los productos que necesitaban, e intentando satisfacerles al máximo, lo que les aseguraría ventas recurrentes y la fidelización de la clientela.
De los 90 en adelante se inicia la era de la información, la cual significó una gran revolución en todos los sentidos, incluyendo el de los vendedores y agentes comerciales, quienes debieron abandonar prácticamente todas las prácticas que realizaban hasta el momento por nuevas técnicas en las que el cliente pasaba a ser el centro y, sobre todo, éste se encontraba mucho más informado que en años anteriores.